Yogurteras
Un estilo muy especial.
¿Dónde lo has visto antes?
¿Es un recuerdo, o era un deseo?
Su sencillez y ausencia de pretensiones, el aspecto de haber vivido varias vidas y ese no saber para qué sirve.
Quizás lo imaginaste al leer Walden, ¿Usaba Thoureau yogurtera?
¿Estaba en ese tenderete, en el mercadillo callejero japonés del que hablaba la revista de viajes?
O quizás es algo más antiguo
Quizás forma parte de ti desde siempre.
Es esa sensación inexplicable, como la pasión de los chiquillos por las casas en ruinas, por los lugares abandonados, por los objetos de los abuelos.
La belleza del objeto desgastado, olvidado, arrumbado en un rincón durante años hasta que alguien lo descubre de nuevo y vuelve a darle vida.
La serenidad que produce contemplarlo, la celebración de los estragos del tiempo, la sensación de pertenencia al mundo natural, quietud, extravío.
Los japoneses tienen un término para nombrar todas esas cualidades difícilmente resumibles, ellos lo llaman “wabi sabi”
Puede que en Español no tengamos una palabra que comprima todo eso, y puede que en Japón lo aprecien de una manera más contemplativa, pero debe ser la misma mezcla de sensaciones que hace que en ocasiones se te erice la piel.
Esa es la estética buscada en cada pieza de esta colección y que se irá acentuando en tu casa con el uso y el paso del tiempo.
Con el uso del fuego en el modelo Yakisugi, la madera se somete a unos cambios muy bruscos de temperatura y humedad, las fibras de la madera se retuercen y crujen mientras crepita su superficie.
En modelo de pintura sueca usamos una pintura tradicional e histórica. Además, empleamos una técnica que favorece el desconchado mecánico que se da posteriormente a cada yogurtera, haciendo que surjan patrones únicos en cada unidad.
El curado al sol durante, al menos un mes, en el modelo Kakishibu, hace que aparezcan las tonalidades anaranjadas y tostadas del extracto de caqui.
La madera maciza y la fabricación artesanal hace que no haya dos piezas iguales.
Nutre la madera de vez en cuando, para darle larga vida, y disfruta de contemplar el paso del tiempo por ella.
